Partido malo, pero ganado. Esa es la definición más acertada del partido contra el Mislata. No hubo equipo. Defendimos mal la mayor parte del partido, la única excepción en este apartado fueron algunos pases cortados que terminaron en contraataque. En ataque no se vieron ataques fluidos y la victoria se debe al acierto en las individualidades (que en otros partidos son un lastre), pues 3 jugadores estuvieron entre los 15-20 puntos.
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